Hay días en que nada más empezar el partido uno se da cuenta de que no era el día de tu equipo y que el planteamiento en sí no era el más adecuado, con jugadores demasiado desordenado y con las líneas demasiado separas. En esos momentos (minuto 5 de partido), uno le comenta su mujer "vaya como está el Sevilla, no me gusta nada", y eso es lo que me ha pasado hoy.
Apenas te inmutas con el primer gol encajado por tu equipo el cual ya dabas por hecho, con el segundo te reconcomes por dentro sabiendo lo que se venía encima y con el tercero ya asumes lo que se veía en los primeros cinco minutos de partidos.